El estereotipo clásico machista del recio, el fuerte, el que no se involucra en las labores del hogar va mutando para encontrarnos con una masculinidad rica en emociones y sensibilidades. Seres afectuosos, complices y divertidos que entienden y valoran a la mujer. Seres divertidos que son capaces de reflejar su personalidad con plena confianza sin manipular sus acciones para cumplir con un gastado concepto de maculinidad tradicional. Es ahí, en la suplantación del rígido cuero por zapatos deportivos extendido a todos los planos de la masculinidad (emocional, sentimental, etc) donde encontré elementos y colores que escogí.